jueves, 18 de octubre de 2012

noviembre 2012


                                   Introducción a la
POESÍA LATINOAMERICANA DEL S XX


Vamos a profundizar en los inicios y el desarrollo de una de las artes más vitales y renovadoras del siglo XX, y nuestra plataforma de trabajo será la obra de seis autores claves y fundantes de lo que hoy conocemos como poesía latinoamericana contemporánea. Vamos a explorar poéticas, a trazar vínculos y a escuchar resonancias a partir de esos nombres que son  como antenas que captan el “sentimiento del mundo” del que hablaba Drummond de Andrade. Ese estado de cosas sucede en los poemas. Muchas veces de un modo deslumbrante.
 

Seis encuentros. Sábados 10:30hs.
Noviembre
Sábado 3  Nicanor Parra
Sábado 10 César Vallejo
Sábado 17 Ernesto Cardenal
Sábado 24 José Lezama Lima
Diciembre
Sábado 1 Carlos Drummond de Andrade
Sábado 8 Oliverio Girondo

Costo total del taller $ 280
Vacantes limitadas
Coordina: Mario Nosotti
Musaraña Libros Gral. José M. Paz 1530 Florida
* opción de pago $ 60 por encuentro.



miércoles, 8 de febrero de 2012


A ALGUNOS LES GUSTA LA POESÍA


A algunos
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatorio,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.

Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como le gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.

La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una respuesta insegura
ha habido a esta pregunta.
Yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
Como a un oportuno pasamanos.
                                                       
                                             Wislawa Szymbroska     
                   





DOS DE CADA MIL
     


TALLER DE LECTURA DE POESÍA CONTEMPORÁNEA




 *Es difícil leer poesía? Por qué poca gente lo hace?
 *Requiere la lectura de poesía contemporánea  alguna disposición o entrenamiento    especial?
 *Poesía del siglo XX. Particularidades, filiaciones, rupturas. La poesía en la era de la   técnica.  Necesidad de la poesía en el tiempo que nos toca vivir. 
 *Poema como construcción y anclaje de la experiencia en el sujeto moderno.
 *Leer con otros, leer juntos: la comunión en la poesía. Sacar a la poesía del ámbito privado, mental y silencioso. Compartir resonancias. La poesía construye pensamiento. Poesía como música rara.


Objetivos:
*disfrutar la lectura de poemas compartiéndola y enriqueciéndonos con otras personas.
*reflexionar sobre las características y el lugar de la poesía en la sociedad actual.
*vamos a leer poesía. A conocer y profundizar en la obra, y el estilo de algunos de los poetas más significativos del S XX, tanto de figuras centrales como de otras escasamente difundidas. La elección de los nombres es afectiva, no programática ni ejemplificadora. Apenas puertas de acceso posibles a la enorme riqueza y vitalidad de la poesía contemporánea.



A quién va dirigido:
El taller va dirigido al público en general que tenga la inquietud de conocer y profundizar en la poesía del Siglo XX. No es excluyente ser lector asiduo de poesía ni tener conocimientos previos de la materia.

Duración cuatrimestral: módulos mensuales: 1) poesía latinoamericana / 2) argentina / 3) europea / 4) de habla inglesa







Programa:

Mitopoiésis. Características de la poesía contemporánea. Ruptura. Filiaciones. El verso Libre. Un golpe de dados. Conciencia crítica del poema. Poesía sobre escribir poesía. Atrapar lo dado. Ascender al silencio. El hueco de lo lleno.

Módulo 1: Poesía Latinoamericana: Lezama Lima, Ernesto Cardenal, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Cesar Vallejo, Carlos Drummond de Andrade, Ferreyra Gullar, Enrique Lihn y otros.

Módulo 2: Poesía Argentina: Joaquín Giannuzzi; Edgar Bayley; Oliverio Girando; Juan L. Ortiz; Mario Trejo; Alejandra Pizarnik; Arturo Carrera ;Viel Temperley;  Jacobo Fijman; Néstor Perlongher y otros.

Módulo 3: Poesía Europea: Paul Celan; Fernando Pessoa; Eugenio Montale; Pier Paolo Pasolini; Joseph Brodsky; Constantino Kavafis; H. Michaux; Wislawa Szymbroska y otros.

Módulo 4: Poesía en lengua inglesa: T.S Eliot, Ezra Pound; Williams Carlos Williams; Marianne Moore; Denise Levertov; W.H. Auden ; Philip Larkin ; Robert Lowell; Allen Ginsberg; E.E. Cummings y otros.


Lugares donde se dicta el taller:

Villa Urquiza
Espacio Agua Negra
Dia: Lunes a la 19hs
Comienza: Lunes 19 de Marzo

Florida (Pdo Vte López)

Comienza: Marzo
Días y horario a determinar
Arancel $160 mensual
Coordina: Mario Nosotti
Info: marionosotti@gmail.com
        1562459612


 Dos de cada mil

introducción bastante prescindible

La lectura de poesía es hoy una actividad más bien escasa, marginal. A los ojos de algunos, francamente estrambótica. Si además es cierto que gran parte de los que leen poesía a su vez la escriben o pretenden hacerlo, el número de lectores “desinteresados”, aquellos que la leen solo por placer, se reduce drásticamente. No ocurre lo mismo con la novela, el cuento y otros géneros literarios así como otras ramas del arte en general. A qué obedece la diferencia? Se trata sólo de gustos o hay en la lectura de poemas alguna dificultad especial?

Un día le regalé a mi profesor de piano un libro de poemas, y a la clase siguiente, al despedirnos, me preguntó cómo leía yo poesía? Me quedé un rato en silencio, descolocado, y después ensayé algo para salir del paso. Me dejó pensando. Leer poesía siempre había sido algo natural para mí. Por alguna razón desde joven la había buscado, (nos habíamos encontrado), y había estado leyéndola en una especie de trance. Por un lado me separaba de la rutina diaria que por entonces me asfixiaba. A su vez me instalaba en una realidad inmediata, donde el mundo aparecía como por primera vez. Desde ese entonces, muchas veces en que leo poesía siento algo parecido a la plenitud, plenitud que deriva de atrapar algo concreto, como tener una piedra en la mano.
Aclaro que en esa época leía mayormente poesía moderna (de Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé hacia adelante). Nadie me había estimulado ni enseñado nunca, (al menos que recuerde), a leer poesía.  Esta disposición no sé de donde vino. A muchos les debe haber  pasado algo así, con la poesía o con otras tantas aficiones.

Como muchos sabrán la poesía comenzó siendo algo oral y mnemotécnico, además de ligado a lo ritual. Más tarde fue una forma de recordar y transmitir hechos históricos y leyendas evitando que se perdieran para siempre. Ya con la aparición de la escritura la poesía dejó de ser algo eminentemente oral, pero fue hace muy poco, con la invención de la imprenta, cuando se convirtió sobre todo en una actividad silenciosa y mental. Hoy día la lectura es un acto gregario, antisocial por excelencia, pero a su vez es una de las experiencias que más nos conecta con el mundo y nuestros semejantes (Octavio Paz diría con lo otro).

La idea de transmitir a un conocido un efecto de lectura es algo muy difícil. Más aún cuando se trata de poesía contemporánea. Allí no hay argumento, anécdotas, nada.  Si hay ideas, emociones o epifanías, están hechos de un lenguaje intraducible.
A veces, leyendo silenciosamente un poema me invadían las ganas de compartir el entusiasmo de esa experiencia plena, a veces inquietante, con la gente cercana.
Amén de señalarle el poema para que lo leyera no veía mucha alternativa. 

Leer poesía juntos, disfrutarla, volver a descubrirla cada vez. Ser afectado por el modo en que resuena en los otros. Volver a esa experiencia del ritual, la comunión en algo.

Finalmente me gustaría aclarar que la elección de los poetas que vamos a leer en el taller tiene que ver sobre todo con algo meramente personal: son aquéllos que me gustan, los que de un modo u otro me han marcado. Los disfruto hoy en día. Me abrieron una forma de sentir y de pensar. En este sentido el recorte es parcial, subjetivo y un poco caprichoso. Por otro lado tuve en cuenta a los nombres que a mi juicio mejor reflejan la experiencia de lo que significa ser contemporáneos. Hay poetas que son  como antenas que captan ese “sentimiento del mundo” del que habla Drummond de Andrade. Ese estado de cosas sucede en los poemas. Muchas veces de un modo deslumbrante.



lunes, 1 de agosto de 2011

ESCRIBIR POESÍA


TALLER DE ESCRITURA POÉTICA 2012



*Para los que ya escriben y los que están comenzando.
*Para descubrir y desarrollar tu propio estilo.
*Para poder leerte de modo crítico / intuitivo.
*Para escuchar cuándo funciona un poema.
*Para ver lo que suma y lo que debilita.
*Para tener otras lecturas y apreciaciones sobre tus textos.
*Para lograr armar un libro.

Además de trabajar sobre los textos de los participantes, 
vamos a leer poesía actual, y ensayos de poetas consagrados
sobre la experiencia de escribir.

Grupos reducidos

Sede Florida (Pdo. Vte López)
Miércoles 18 hs

Sede Villa Urquiza (Cap Fed)
Lunes 18:30hs

Coordina: Mario Nosotti
Costo mensual: $180
Consultas a marionosotti@gmail.com o al 1562459612
Info ampliada: dosdecadamil.blogspot.com



jueves, 9 de junio de 2011

Fijman / Trejo / Bayley


                                                 módulo 2: poesía argentina

Jacobo Fijman

De Estrella de la Mañana:

Poema VI

Ha caído mi voz, mi última voz, que aún guarda mi nombre.
Mi voz:
Pequeña línea, pequeña canción que nos separa de las cosas.
Estamos lejos de mi voz y el mundo, vestidos de humedades blancas.
Estamos en el mundo y con los ojos en la noche.
Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos.
 
 

En Molino Rojo la música es estructurante. Así lo comentó Fijman en una de sus conversaciones con 
Vicente Zito Lema: “Mi poesía es toda medida, de una manera que la acerca a lo musical. 
En Molino Rojo hay una gran influencia de la sonata de Corelli… En Hecho de Estampas, de los 
cantos gregorianos. Y en Estrella de la Mañana la medición sigue la del latín eclesiástico”. 
Él era violinista y durante mucho tiempo se ganó la vida tocando el violín por las calles de distintas 
ciudades. Tocaba para ganarse la comida del día.
La realidad del poeta —la desolación, la angustia, el pavor encarnado—, debía ser transformada 
y esta premisa fue la que, entre líneas, permite descubrir aquello que resolverá con un gesto
 fundamental e irreversible: su conversión al catolicismo. Lo bautizaron en 1930 en la abadía de
San Benito, Buenos Aires. En su segundo libro Estrella de la Mañana, escrito en el año de su bautismo,
se advierte la prosecución del solitario camino que ha emprendido.


 
 
 
Mario Trejo
 

Poema De Puño Y Letra

Me doy por vencido.
La religión la mafia
la política y el fútbol
el ejército y la moda
mueven más gente que yo.
Son millones o pocos
pero totalmente decididos
al todo por el todo.
Yo sólo tengo que ver
con las pequeñas multitudes
de un cine de trasnoche
con la soledad de los jugadores
que ofician una partida de ajedrez
con la tibieza de algunas mujeres.

Leo
vuelvo a ver una vieja película
hago noche en Coltrane
y estiro el brazo y acaricio a mi bella
que fuma y ahora me convida.




 
EDGAR BAYLEY


TODO LO VISTO Y VIVIDO 


todo lo visto y vivido
cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa

todo lo visto y vivido
fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía

todo lo visto y vivido
cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza

jueves, 2 de junio de 2011

OLIVERIO GIRONDO

CROQUIS EN LA ARENA 

La mañana se pasea en la playa empolvada de sol.
Brazos.
Piernas amputadas.
Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho.
Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa.
¡Todo es oro y azul!
La sombra de los toldos. Los ojos de las chicas que se inyectan novelas y horizontes. Mi alegría, de zapatos de goma, que me hace rebotar sobre la arena.
Por ochenta centavos, los fotógrafos venden los cuerpos de las mujeres que se bañan.
Hay quioscos que explotan la dramaticidad de la rompiente. Sirvientas cluecas. Sifones irascibles, con extracto de mar. Rocas con pechos algosos de marinero y corazones pintados de esgrimista. Bandadas de gaviotas, que fingen el vuelo destrozado de un pedazo blanco de papel.
¡Y ante todo está el mar!
¡El mar!... ritmo de divagaciones. ¡El mar! con su baba y con su epilepsia.
¡El mar!... hasta gritar
                                            ¡basta!
                                                            como en el circo.

Mar del Plata, octubre, 1920.

Oliverio Girondo

miércoles, 25 de mayo de 2011

FERREIRA GULLAR

Poema Sucio/En el vértigo del día (Fragmento)


 

Es imposible decir
en cuántas velocidades diferentes
          se mueve una ciudad
                                   a cada instante
                                   (sin hablar de los muertos
                                   que vuelan hacia atrás)
                                   o incluso una casa
donde la velocidad de la cocina
no es igual a la de la sala (aparentemente inmóvil
en sus jarrones y bibelots de porcelana)
          ni a la de la huerta
          abierta a los vientos de la época
                                   ¿y que decir de las calles
de tránsito intenso y de la circulación del dinero
y de las mercaderías
         desigual según el barrio y la clase, y de la
         rotación del capital
         más lenta en las verduras
         más rápida en el sector industrial, y
de la rotación del sueño
         bajo la piel,
         de un sueño
         en el pelo?
         ¿y las tantas situaciones del agua en la vasijas
         (lista para huir)
         la rotación
         de la mano que busca entre los pendejos
         el sueño mojado los muchos labios
         del cuerpo
         que a la caricia se abre en rosa, la mano
         que allí se detiene a ensuciarse
         de olores de mujer,
                           y la rotación
         de los olores otros
         que en la quinta se fabrican
         junto a la resina de los árboles y el canto
         de los pájaros?
         ¿Qué decir de la circulación
         de la luz solar
arrastrándose en el polvo bajo el ropero
         entre zapatos?
                             ¿y de la circulación
         de los gatos por la casa
         de las palomas por la brisa?
y cada uno de esos hechos en una velocidad propia
         sin hablar de la propia velocidad
         que hay en cada cosa
                       como los muchos
         sistemas de azúcar y alcohol en una pera
                                                                 girando
         todos en diferentes ritmos
                                               (que casi
         se pueden oír)
                             y componiendo la velocidad general
         que es la pera
del mismo modo que todas esas velocidades mencionadas
         componen
(nuestro rostro reflejado en el agua del lavadero)
         el día
         que pasa
         -o pasó-
         en la Ciudad de Sao Luís.
         Y del mismo modo
que hay muchas velocidades en un
         sólo día
y en ese mismo día muchos días
         así
tampoco se puede decir que el día
tiene un único centro
                             (hecho un carozo
                             o un sol)
         porque a decir verdad un día
tiene unnumerables centros
         como, por ejemplo, el jarro de agua
         en el comedor
         o en la cocina
         en torno del cual
desordenadamente giran los miembros de la familia.
         Y si en ese caso
es la sed la fuerza de gravitación
         otras funciones metabólicas
         otros centros generan
         como el inodoro
         la cama
         o la mesa del comedor
(bajo una luz roñosa en una
         casa de una sola puerta y una sola ventana de la calle de la Alegría 
         
en la época de la guerra)
sin hablar de los centros cívicos, de los centros
         esperitistas, del Centro Cultural
Goncalves Dias o de las pescaderías
         colegios, iglesias y prostíbulos,
         otros tantos centros del sistema
         en que el día se mueve
(siempre en velocidades diferentes)
         sin salir del lugar.
         Porque
         cuando todos esos soles se apagan
         resta la ciudad vacía
         (como Alcantara)
         en el mismo lugar.
Porque
diferentemente del sistema solar
         a esos sistemas
         no los sostiene el sol y sí
los cuerpos
que giran alrededor de él:
no los sostiene la mesa
sino el hambre
no los sostiene la cama
y sí el sueño
no los sostiene el banco
y sí el trabajo impago.
Y esa es la razón porque
cuando la gente se va
         (como en Alcantara)
se apagan los soles (los
         jarros, las cocinas)
         que de ellas recibían el calor
         esa es la razón
         porque en Sao Luís
de donde la gente no se fue
         aún en este momento la ciudad se mueve
         en sus muchos sistemas
         y velocidades
         pues cuando una vasija se rompe
         otra vasija se hace
         otra cama se hace
         otra jarra se hace
         otro hombre
         se hace
para que no ese extinga
         el fuego
         en la cocina de la casa
Lo que ellos decían en la cocina
         o en la terraza del caserón
         (en la calle del sol)
         salía por las ventanas
         se oía en los cuartos de abajo
en la casa vecina, en los fondos de la mueblería
         (y vaya uno a saber
         cuánta cosa se dice en una ciudad
         cuántas voces
         resbalan por ese intrincado laberinto
         de paredes y cuartos y zaguanes,
         de cuartos de baño, de patios, de huertas
                                                                     voces
         entre muros y plantas,
                                       risas,
         que duran un segundo y se apagan)
         Y son cosas vivas las palabras
y vibran con la alegría del cuerpo que las gritó
tienen hasta su perfume, el sabor
         de la carne
que nunca se entrega realmente
ni siquiera en la cama
         sino a sí misma
         a su propio vértigo
                                  o así
                                  hablando
                                  o riendo
                                  en el ambiente familiar
mientras como una rata
podés oír y ver
desde tu cueva
cómo esas voces rebotan en las paredes del patio vacío
en el armazón de hierro donde se seca una parra
entre alambres
de tarde
en una pequeña ciudad latinoamericana.
Y en ellas hay
una iluminación mortal
                                  que es de la boca
                                  en cualquier tiempo
pero que allí
en casa
                  entre muebles baratos
                  y ninguna dignidad especial
minaba la propia existencia.
                                  Reíamos, es cierto,
alrededor de la mesa de cumpleaños cubierta de confites
de menta envueltos en papel de seda de colores,
                                                              reíamos, sí,
pero era como si ningún afecto valiera
como si no tuviera sentido reír
         en una ciudad tan pequeña.
                   El hombre está en la ciudad
                   como una cosa está en otra
                   y la ciudad está en el hombre
                   que está en otra ciudad
                   pero variados son los modos
                   en que una cosa
                   está en otra cosa:
                   el hombre, por ejemplo, no está en la ciudad
                   como un árbol está
                   en cualquier otro
                   ni como un árbol
                   está en cualquiera de sus hojas
                   (aún rodando lejos de él)
                   El hombre no está en la ciudad
                   como un árbol está en un libro
                   cuando un viento allí lo trashoja.
                   La ciudad está en el hombre
                   pero no de la misma manera
                   en que un pájaro está en un árbol
                   no de la misma manera en que un pájaro
                   (la imagen de él)
                   está/ba en el agua
                   y tampoco de la misma manera
                   que el susto del pájaro
                   está en el pájaro que yo escribo
                   La ciudad está en el hombre
                   casi como el árbol vuela
                   en el pájaro que lo deja
                   cada cosa está en otra
                   a su manera
                   y de manera distinta
                   de como está en sí misma
                   la ciudad no está en el hombre
                   del mismo modo que en sus
                   almacenes plazas y calles

                                            Buenos Aires, mayo / octubre, 1975

miércoles, 18 de mayo de 2011

Carlos Drummond de Andrade


Los hombros soportan el mundo
 
Llega una época en que no se dice más: Dios mío.
Época de absoluta depuración.
Época en que no se dice más: amor mío.
Porque el amor resultó inútil.
Y los ojos no lloran.
Y las manos tejen apenas su rudo trabajo.
Y el corazón está seco.

En vano mujeres golpean la puerta: no abrirás.
Te quedaste solo; la luz se apagó,
pero en la sombra tus ojos brillan enormes,
Eres todo certeza; ya no sabes sufrir
y de tus amigos no esperas nada.

Poco importa que llegue la vejez, ¿qué es la vejez?
Tus hombros soportan el mundo:
y no pesa más que la mano de un niño.
Las guerras, las hambres, las discusiones dentro de los
    edificios
prueban apenas que la vida prosigue
y no todos se liberan todavía.
Algunos, encontrando bárbaro el espectáculo,
preferirían (los delicados) morir.
Llegó una época en que da igual morir.
Llegó una época en que la vida es una orden.
La vida apenas, sin mistificación.